Anaximandro de Mileto ( Filósofo Griego )
Anaximandro de Mileto
(Mileto, hoy desaparecida, actual Turquía, 610 a.C. - id., 545 a.C.) Filósofo, geómetra y astrónomo griego. Discípulo de Tales de Mileto, fue miembro de la escuela de Mileto, y sucedió a Tales en la dirección de la misma. Según parece, también fue un activo ciudadano de Mileto, y condujo una expedición a Apolonia (Mar Negro). Como político desempeñó cargos importantes y le fue confiada la misión de limitar la natalidad en Apolonia, una de las muchas colonias que debían resolver el problema de la superpoblación de las ciudades jónicas. Sus conciudadanos le erigieron, en reconocimiento a sus méritos políticos, una estatua que recientemente ha sido descubierta en las excavaciones de Mileto.
Anaximandro se dedicó a múltiples investigaciones. A su nombre ha quedado unida la confección del primer mapa de la Tierra, elaborado a partir de los mapas y noticias de los mercaderes griegos, que sería perfeccionado más tarde por Hecateo y del cual se sirvió Herodoto. Anaximandro imaginaba la Tierra como un cilindro inmóvil, contra la opinión general que la consideraba aplastada. También se le atribuyen otros trabajos, como la fijación de los equinoccios y los solsticios y el cálculo de las distancias y los tamaños de las estrellas, así como la elaboración de un reloj de sol y de una esfera celeste, entre otras aportaciones.
Anaximandro de Mileto
No menos asombrosas son las elucubraciones de Anaximandro sobre el origen de los seres vivos y del hombre. Todos proceden del fenómeno húmedo (la tierra en un principio era líquida, y por el proceso de disociación, lo húmedo dio lugar a lo viviente). El hombre tuvo como primeros antepasados a los peces y luego a otros animales primitivos. Con razón, por lo tanto, podría ser considerado como el primer cosmólogo y como el antecesor de la teoría del evolucionismo.
Anaximandro fue también el primer pensador griego que puso en prosa sus reflexiones filosóficas. Su tratado Sobre la naturaleza debió ser una de las más notables tentativas de sistematización de lo real anterior a Aristóteles; sólo ha llegado hasta nosotros un fragmento, pero algunas noticias de Aristóteles y de Simplicio permiten reconstruir, al menos en parte, la doctrina del autor.
En su filosofía, Anaximandro coincide con Tales de Mileto en defender que existe un solo principio básico (arché o arjé) como generador de todas las cosas, al que Anaximandro llamó ápeiron (lo indefinido e indeterminado): sustancia indeterminada, ilimitada e indefinida, que es a la par eterna. Sólo el ápeiron es incorruptible e imperecedero. Todas las otras cosas se derivan de él y están sujetas a nacimiento y desaparición, por la fuerza de los contrarios presentes en ellas: caliente y frío, húmedo y seco, etc.
En su intento de determinar el principio primero (arjé), Anaximandro sigue la constante de los restantes filósofos milesios, pero es preciso subrayar que en lugar de hallar este principio en una naturaleza finita (el agua, según Tales), Anaximandro lo ve en algo (el ápeiron) que no es percibido por la experiencia, sino que ha de postularse como causa permanente y trascendente del acontecer del mundo empírico; algo indefinible en el espacio y en el tiempo que es causa y principio de las cosas perecederas y definidas, y en el cual éstas están destinadas a disolverse. La novedad de Anaximandro, en cuya doctrina quedan, sin embargo, muchos detalles oscuros, consiste en haber buscado el principio infinito de las cosas finitas fuera de las materias que son objeto de nuestra experiencia.
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