Julio Cesar Imperator.
En Julio del 46 a.C., julio César celebro cuatro triunfos sucesivos en Roma como homenaje a sus victorias en las Galias, Egipto, el Ponto y África. Meses después se trasladó a Hispania para luchar contra los hijos de Pompeyo, el que había sido primero su aliado y luego su principal enemigo. Suprimida esta última resistencia, regresó a Roma en octubre de 45 a.C., y fue nombrado dictador perpetuo. Muchos romanos creían que no tardaría en proclamarse rey. César necesitaba el poder absoluto para transformar en profundidad las estructuras de gobierno. Si la realeza le atraía no era solo por vanidad, sino por cálculo, pues consideraba que solo muriendo como rey podría evitar la guerra civil y ser sucedido, de forma pacífica, por algún hijo o pariente. Probablemente se trataba de un plan erróneo, pues la historia demuestra que una corona hereditaria no siempre es garantía de continuidad. Pero el escollo principal consistía en que los romanos detestaban la monarquía y eran firmes partidarios del sistema republicano, gracias al cual habían dominado a toda clase de reinos extranjeros. También se oponían al encumbramiento de César los miembros del viejo partido senatorial y numerosos Patricios celosos de que un simple político como ellos recibiese honores casi divinos. En efecto solo César podría llevar la toga triunfal de color púrpura y la corona de laurel, añadir a su nombre el título de Imperator y elegir nuevos Patricios.Además estaba previsto colocar estatuas suyas en los templos, lo que a muchos parecía un sacrilegio. Pero César no quería que se le acusara de ambición excesiva, y en la fiesta de las Lupercales del año 44 a. C.(15 febrero) rechazo ceñirse la diadema con cinta de lino, símbolo de la realeza, que le ofrecía Marco Antonio. No obstante, tan negativa pareció a todos un mero aplazamiento. Descontento desemboco rápidamente en conspiración. Todos los conjurados eran amigos de César y gozaban de su favor. Entre los cabecillas destacaba junio Bruto, un antiguo partidario de Pompeyo perdonado por César tras la batalla de Farsalia y luego ha cogido por el como un hijo adoptivo, también Cayo Casio Longino se había beneficiado de su clemencia y era su protegido, a Décimo Junio Bruto, uno de sus generales, le había nombrado heredero, y Lucio Cornelio Cinna era hermano de la primera mujer de César. Horas antes de la reunión del Senado convocada para los idus de marzo de 44 a. C. El Imperator recibió diversos avisos éticos sobre lo que le esperaba, pero hizo caso omiso. Cuando se dirigia hacia la cámara alguien le entregó un mensaje donde se delataba la confabulación, pero no tuvo tiempo de leerlo. Según la narración de Suetonio, hasta el instante final fue cuidadoso con la imagen que legaba a la posteridad : <>.
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